Este proyecto se reduce a un elemento de mobiliario que organiza y distribuye todo el espacio. Un mueble se adosa a las paredes, despegándose solo en la zona de la cocina para crear una península. El mueble es horadado estratégicamente para albergar usos y objetos: zona de estudio, estantería, iluminación, televisión…
A su vez este mueble es registrable en su totalidad, permitiendo realojar todos los objetos que los dueños tienen ahora mismo en ese lugar.
Esta pieza se propone de un tono gris para contrastar con el blanco del techo y la madera del suelo creando un espacio cálido y confortable.