En la localidad de Palos de la Frontera, esta vivienda se erige como un testimonio de diseño arquitectónico que fomenta la conexión y la cohesión espacial. Su alzado principal se compone de tres volúmenes distintivos que se elevan sobre un sólido basamento pétreo, creando así una estructura visualmente atractiva.
Uno de los elementos más destacados de esta residencia es su espectacular salón-cocina, un espacio de doble altura que se convierte en el epicentro de la vida en el hogar. Este espacio se enriquece aún más gracias a la presencia de una escalera lineal y una galería que se asoma sobre él, ofreciendo vistas panorámicas y una sensación de amplitud y luminosidad excepcionales.
La conexión entre los niveles se logra de manera elegante mediante una escalera que no solo cumple su función de medio de circulación, sino que también se integra de manera orgánica en la estética de la vivienda. Además, un gran ventanal en ambas plantas se encuentra frente a la escalera, inundando el espacio con luz natural y creando una sensación de continuidad entre los niveles.
En este proyecto, las escaleras se consideran no solo como elementos funcionales, sino como parte central y participativa en la vida diaria de los habitantes de la vivienda. Su diseño y ubicación estratégica no solo organizan el flujo de personas, sino que también contribuyen de manera significativa a la calidad y la calidez de la experiencia de habitar este excepcional hogar.
