Una familia quiere pasar de vivir en el centro de Huelva a un entorno más relajado como es Nuevo Portil, en Aljaraque. Su mirada se posa en un terreno estratégicamente ubicado al borde de un campo de golf, con vistas que se extienden hacia el horizonte costero.
El diseño de la casa se inspira en la noción de integración con el entorno. Dos volúmenes destacan en su arquitectura, diferenciados tanto material como visualmente. Uno de ellos se abre hacia el campo de golf, mientras que el otro se orienta hacia el interior del terreno, creando un equilibrio entre la intimidad y la conexión con el paisaje circundante.
La distribución se organiza en torno a un patio que divide las dos partes, la zona de noche y la zona de día, dividiendo el espacio en alas distintas pero interconectadas.
La construcción se adapta con suavidad al terreno ondulado, respetando su topografía natural. Se utilizan materiales locales y técnicas de construcción que enfatizan la integración con el paisaje circundante.
La pérgola trasera, cuidadosamente diseñada, invita a explorar los diferentes espacios de la casa mientras ofrece vistas panorámicas del campo de golf y el entorno natural que lo rodea.